miércoles, 23 de febrero de 2011

Dos Palabras

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente totalmente dependiente.

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente drásticamente nulo.

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente vertiginosamente atrapado.

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente simplemente perdido.

Si, ya lo se, son palabras corrientes, pero coincidentes con la sensación.

Además eran las tres de la tarde demasiado temprano y demasiado tarde para hacer o no hacer lo que sea.

Además también existe esa sensación de miedo a la caída. Y eso es estúpido, muy estúpido, porque uno sabe que más allá del suelo no puede caer, pero uno tiene ese miedo, y hay una sola manera de quebrarlo y esa manera es tumbarse de una al suelo, que fue lo que hice, me tumbe al piso de un tirón, sin posibilidad de pensar en si me fracturo un hueso o me disloco un hombro, entonces una vez ahí yacida en el suelo, siento el mismo miedo, aun no se había ido, no funciono tumbarme, entonces me revuelco, un montón de veces como si tuviese tarántulas en mi cuerpo que quiero sacar, ya cansada de girar, decido darme vuelta, boca abajo y le digo al suelo, gritando: “¡Óyeme, acá estoy! Donde tú querías, ¡Ahora vete! ¿Que es lo que quieres de mi? ¿Por qué no te vas? ¡Mírame! ¡Soy Real!”. No había caso, no recibía respuestas de él, del suelo. Descanso ahí, ya estaba tumbada y no tenia nada que hacer, hasta que suena el teléfono. Dos palabras. Solo dos palabras. Y ahí me vuelvo a tumbar, pero esta vez es diferente, ya no necesitaba mas nada, solo eso, la realidad del suelo y la esperanza de esas dos palabras.

Las respuestas siempre son divinas.

martes, 22 de febrero de 2011

Un Momento para Matarla

Como si ella estuviera dibujada, como si ella estuviera dibujada por el. No te mereces nada nena. No te mereces nada.

Uno no es único. La belleza no es única. El yo es corriente. Y ella existe.

Caminando, hablando, sonriendo.

No te preocupes.

Si

No podes contra ella, no podes contra nada.

No soy. Hoy quizá solamente.

Me agobias, me estas ahorcando. Me escuchaste? Me entendes?

Nunca lloraste por mí. No morirías por mí.

Porque tengo esta correa? Desde cuando?

Un momento para matarla, ahora, ahora.

Frutas maduras. Frutas podridas.

Y a mi guárdame para después.

Ahora pongo los pies en agua helada.