martes, 22 de noviembre de 2011

A solas con todo el mundo

Las personas creen

Que cuentan siempre con alguien.

Con un vecino, con un amigo, con la madre,

Con la pareja y también con Dios.

Las personas se sienten bien

Al depositar la confianza y la fe

En el banco del prójimo.

Todo marcha muy bien

En este mundo de fantasía.

Hasta que una mañana

Te levantas con el pie izquierdo

Y necesitas del otro.

Para que te ayude a levantarte,

Para que te ayude a ponerte el zapato,

Para que te ayude a caminar,

Para que te de el empujón,

Para enfrentarte al mundo una vez más.

Y es ahí cuando caes que no hay nadie

Ni nada a tu alrededor,

Que estas completamente desnudo

Frente a la inmensidad,

Frente al silencio

Y no existe un vecino, un amigo

Una madre, una pareja, un Dios

Para salvarte,

Solo existes tú

En tu estúpida miseria.

Y tú banco de confianza

No es nada.

Y los oídos y palmadas en la espalda

Son una mercadería que pagaste

Muy caro.

Te das cuenta de tu ingenuidad

Y de la gran mentira que es que las personas

Dan sin recibir nada a cambio,

Es imposible ello

Debido a nuestra naturaleza capitalista,

La cual tampoco aceptamos

Porque sabemos que no vende

Admitir ser capitalista.

Solo te queda

Respirar y dar los pasos

Que te hacen falta

Para poder enfrentar la inmensidad.

Tenes miedo

Pero no queda otra.

Sos la única persona en el universo

Que puede salvarte.

Cree solo en ti.

viernes, 4 de noviembre de 2011

Una ameba menos.

Era domingo y el reloj marcaba las seis y cuarenta y cinco de la tarde. Ya no soportaba más ese olor a cigarrillo que me producía un dolor de cabeza aun más insoportable. Yacía tirada en el sillón, totalmente nublada, era una ameba. En la casa, había miles de cosas por hacer, tender la cama, limpiar los platos de desayunos, almuerzos y cenas pasadas, barrer el piso, limpiar el baño y etcétera, además tenía que leer los apuntes de filosofía: Kant, no sé, solo recuerdo frases sueltas, “imperativo categórico”, “Revolución Copernicana” y bla bla bla. No tenía ni el más mínimo entusiasmo de seguir recordando.

Ya habían pasado dos horas y todo seguía en el mismo lugar, incluso yo, tirada en el sillón, tania ganas de que alguien hiciera todo ello por mí, pero no veía ni la mas mínima intención de la demás entes que me rodeaba, estaban igual que yo, idiotizados, quien sabe porque. Cada día que pasa estamos más apáticos, más idiotas, más vulnerables, más dependientes, más amebas.

Más, mas, mas. Que palabra infinita. Nunca nos es suficiente, nunca alcanza. Siempre es m á s.

Ya eran las 23 horas, el domingo se acababa, y aquí a mi alrededor había más mugre, mas platos, mas basura. Ya no lo aguantaba, algo tenía que hacer, además sentía como una lucha constante entre las ganas de levantarse y las no ganas. Era algo que me agobiaba, también me preguntaba… ¿Por qué demonios tengo que hacerlo yo? Los otros no están sintiendo esta lucha en su ser, están ocupados en la nada como unas amebas.

Estúpidas amebas.

Pasaron 10 minutos mas y un fuerte impulso me había puesto de pie.

Algo ya había cambiado y seguía siendo domingo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Dos Palabras

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente totalmente dependiente.

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente drásticamente nulo.

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente vertiginosamente atrapado.

Ayer era uno de esos dias en los que uno se siente simplemente perdido.

Si, ya lo se, son palabras corrientes, pero coincidentes con la sensación.

Además eran las tres de la tarde demasiado temprano y demasiado tarde para hacer o no hacer lo que sea.

Además también existe esa sensación de miedo a la caída. Y eso es estúpido, muy estúpido, porque uno sabe que más allá del suelo no puede caer, pero uno tiene ese miedo, y hay una sola manera de quebrarlo y esa manera es tumbarse de una al suelo, que fue lo que hice, me tumbe al piso de un tirón, sin posibilidad de pensar en si me fracturo un hueso o me disloco un hombro, entonces una vez ahí yacida en el suelo, siento el mismo miedo, aun no se había ido, no funciono tumbarme, entonces me revuelco, un montón de veces como si tuviese tarántulas en mi cuerpo que quiero sacar, ya cansada de girar, decido darme vuelta, boca abajo y le digo al suelo, gritando: “¡Óyeme, acá estoy! Donde tú querías, ¡Ahora vete! ¿Que es lo que quieres de mi? ¿Por qué no te vas? ¡Mírame! ¡Soy Real!”. No había caso, no recibía respuestas de él, del suelo. Descanso ahí, ya estaba tumbada y no tenia nada que hacer, hasta que suena el teléfono. Dos palabras. Solo dos palabras. Y ahí me vuelvo a tumbar, pero esta vez es diferente, ya no necesitaba mas nada, solo eso, la realidad del suelo y la esperanza de esas dos palabras.

Las respuestas siempre son divinas.

martes, 22 de febrero de 2011

Un Momento para Matarla

Como si ella estuviera dibujada, como si ella estuviera dibujada por el. No te mereces nada nena. No te mereces nada.

Uno no es único. La belleza no es única. El yo es corriente. Y ella existe.

Caminando, hablando, sonriendo.

No te preocupes.

Si

No podes contra ella, no podes contra nada.

No soy. Hoy quizá solamente.

Me agobias, me estas ahorcando. Me escuchaste? Me entendes?

Nunca lloraste por mí. No morirías por mí.

Porque tengo esta correa? Desde cuando?

Un momento para matarla, ahora, ahora.

Frutas maduras. Frutas podridas.

Y a mi guárdame para después.

Ahora pongo los pies en agua helada.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Prefacio de El Retrato de Dorian Gray

El artista es creador de belleza.

Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte.

El crítico es quien puede traducir de manera distinta o con nuevos materiales su impresión de la belleza. La forma más elevada de la crítica, y también la más rastrera, es una modalidad de autobiografía.

Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza.

Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.

No existen libros morales o inmorales.

Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.

La aversión del siglo por el realismo es la rabia de Calibán al verse la cara en el espejo.

La aversión del siglo por el romanticismo es la rabia de Calibán al no verse la cara en un espejo.

La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Incluso las cosas que son verdad se pueden probar.

El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo.

Ningún artista es morboso. El artista está capacitado para expresarlo todo.

Pensamiento y lenguaje son, para el artista, instrumentos de su arte.

El vicio y la virtud son materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor.

Todo arte es a la vez superficie y símbolo.

Quienes van más alla de la superficie, se exponen a las consecuencias.

Quienes penetran en el símbolo se exponen a las consecuencias.

Lo que en realidad refleja el arte es al espectador y no la vida.

La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.

A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente.

Todo arte es completamente inútil.


Oscar Wilde.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Si Si.


cuando Dios creó el amor no ayudó mucho
cuando Dios creó a los perros no ayudó a los perros
cuando Dios creó las plantas no fue muy original
cuando Dios creó el odio tuvimos algo útil

cuando Dios me creó a mi, bueno, me creó a mí

cuando Dios creó al mono estaba dormido
cuando creó a la jirafa estaba borracho
cuando creó las drogas estaba drogado
y cuando creó el suicidio estaba deprimido

cuando te creó a vos durmiendo en la cama
sabia lo que hacia
estaba borracho y drogado
y creó las montañas y el mar y el fuego al mismo tiempo

cometió algunos errores
pero cuando te creó a vos durmiendo en la cama
consiguió de veras algo para su Bendito Universo.

Charles Bukowski.


P e r f u m e

lunes, 22 de noviembre de 2010

Diecisiete días guardado.

Nuestros días son muy parecidos.

Vos, en un cuarto cogiendote a una puta.

Y yo en otro, tejiéndote una bufanda.

Me parece linda, es larga,

De color verde tortuga con pequeños detalles rosa bebe.

Una mañana la termino.

Y voy inmediatamente a obsequiártela.

Vos la agarras y me decís: “¿Esto me das? Es horrible.”

Al mismo tiempo que la arrojas por el aire

Y cae en un lugar algo oculto

Y poco accesible a mis manos.

Entonces, con los hombros en el suelo

Y mi mirada agachas

Te sirvo el café con leche

De tu desayuno.

Y así pasan los días

Hasta que una mañana

No de invierno

En la que hacia mucho frió

Yo me sentía calida

Al ver que traías puesta la bufanda.